
Miguel | Director de Operaciones
“Creo que hay pocas personas que se libran de tener experiencias con trastornos por consumo de sustancias, ya sean propias o de sus allegados.”
En mi puesto como director de operaciones de un centro de tratamiento de adicciones, llevo 14 años dedicado a ayudar a personas que luchan contra una adicción, lo que también se conoce como “trastorno por consumo de sustancias”. Reconocer los signos de una adicción suele ser el primer paso. Estos signos pueden ser físicos, como cambios en la apariencia, el comportamiento, o incluso la mirada cuando están bajo la influencia de sustancias. Sin embargo, la adicción puede estar oculta, lo que dificulta su reconocimiento.
Es común tener conceptos erróneos sobre el trastorno por consumo de sustancias. Algunas personas siguen considerándolo una decisión, en lugar de una enfermedad. Las adicciones suelen surgir de una incapacidad temporal para manejar las emociones. Decirle a alguien que “pare” no aborda los problemas subyacentes.
Otro concepto erróneo es que solo las personas “malas” tienen problemas por consumo de sustancias. En realidad, puede afectar a cualquiera.
Es posible encontrar recursos económicos o gratuitos para el tratamiento. Muchos proveedores ofrecen servicios en línea, algunos sin costo o a un costo bajo. Los programas gubernamentales también ayudan con los gastos de tratamientos.
Los medicamentos para tratar la adicción a los opiáceos siempre deben considerarse un tratamiento eficaz. También recomiendo hacer terapia mientras se toman los medicamentos para ayudar a tratar otros problemas subyacentes. Este enfoque ayuda a mantener una conexión estrecha con los clientes, lo que permite adaptar los planes de tratamiento a sus necesidades únicas. La evaluación por un médico cualificado es esencial, ya que no todos los
medicamentos son adecuados para todas las personas.
Es importante crear una comunidad de apoyo. La educación sobre los servicios y los recursos disponibles es esencial, así como usar lenguaje que conecte con las personas. Abordar las barreras lingüísticas también puede ayudar a abrir las puertas a una ayuda muy necesaria.
Las diferencias culturales pueden influir en cómo se percibe el consumo de sustancias. En las culturas Latine e hispana, suele haber un estigma asociado con la adicción. Sin embargo, estas culturas valoran la comunidad y el apoyo, lo que se puede aprovechar para crear un espacio en el que las personas se sientan cómodas buscando ayuda.
El mayor objetivo es animar a las personas a buscar ayuda y eliminar los obstáculos. Esto implica derribar los obstáculos financieros, cambiar los puntos de vista culturales y hablar sobre el consumo de sustancias. Fomentar una comunidad de apoyo en la que las personas se
sientan capacitadas para buscar ayuda es clave para abordar este problema.